Crecimiento Prostático: Crecimiento no canceroso de la próstata, común en hombres mayores.
Prostatitis: Inflamación de la próstata, que puede ser aguda o crónica; secundaria a una infección.
Afectan tanto a hombres como a mujeres y pueden incluir cistitis, pielonefritis y uretritis.
Piedras que se forman en los riñones, uretra o vejiga y pueden causar dolor intenso y complicaciones si no se tratan.
Problema común, especialmente en mujeres, relacionado con el debilitamiento del suelo pélvico o problemas neurológicos.
Dificultad para mantener una erección, que puede estar relacionada con problemas vasculares, hormonales o psicológicos.
Cáncer de Riñón: Puede detectarse a través de estudios de imágenes y manejo de masas renales.
Cáncer de Vejiga: Con frecuencia requiere cistoscopía y seguimiento.
Cáncer de Próstata: Requiere detección temprana y manejo especializado.
Cáncer de Pene: Menos común pero importante en el ámbito de la salud urológica.
Cáncer de Testículo: se desarrolla en los testículos y suele afectar a hombres jóvenes y de mediana edad. Generalmente se manifiesta como un bulto o aumento de tamaño en uno de los testículos y es altamente tratable, especialmente si se detecta a tiempo. Es importante realizar autoexámenes regulares y consultar a un médico ante cualquier cambio.
Incluye tanto cálculos renales como enfermedades como la insuficiencia renal crónica, que requieren intervención o tratamiento para preservar la función renal.
Diagnóstico y tratamiento de infecciones como el virus del papiloma humano (VPH), herpes genital, gonorrea y clamidia, que pueden afectar los órganos urológicos.
Problemas de fertilidad relacionados con el conteo de espermatozoides y otras condiciones de salud reproductiva masculina.
Condiciones como la estenosis uretral, hipospadias, o problemas anatómicos en niños y adultos que requieren tratamiento urológico especializado.
La urología es una especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del sistema urinario en hombres y mujeres, así como del sistema reproductor masculino.
Un urólogo trata problemas de los riñones, la vejiga y el sistema urinario en general, además de condiciones del aparato reproductor masculino, mientras que el nefrólogo se enfoca exclusivamente en enfermedades renales y su manejo médico.
Los exámenes pueden incluir análisis de orina, ecografías, pruebas urodinamicas, cistoscopias, biopsias, y pruebas de función prostática (como el PSA) para evaluar diversas condiciones.
No necesariamente. Los chequeos regulares, especialmente en hombres mayores de 40 años, son importantes para detectar problemas como la hiperplasia prostática benigna o el cáncer de próstata en sus etapas tempranas.
La mayoría de los expertos recomiendan que los hombres inicien los chequeos de próstata a partir de los 50 años, o a los 40 si tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata.
Sí, los urólogos también tratan a mujeres con problemas como infecciones urinarias recurrentes, incontinencia urinaria, cálculos renales y otros trastornos del sistema urinario.
La urología oncológica es una subespecialidad de la urología que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de cánceres del sistema urinario y reproductor masculino, como el cáncer de próstata, riñón, vejiga y testículo.
Dolor o ardor al orinar, presencia de sangre en la orina, dificultad para orinar, bultos en los testículos, dolor en el área pélvica y problemas de incontinencia son algunos de los síntomas que pueden indicar la necesidad de ver a un urólogo.
Los tratamientos pueden incluir medicamentos, procedimientos no invasivos como la litotricia, cirugías mínimamente invasivas, hasta intervenciones quirúrgicas complejas para problemas como cálculos, infecciones, incontinencia, y cánceres urológicos.
Los chequeos regulares permiten la detección temprana de enfermedades urológicas, reduciendo el riesgo de complicaciones graves y mejorando las opciones de tratamiento y pronóstico en condiciones como el cáncer de próstata y los cálculos urinarios.
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